sábado, 14 de marzo de 2015

Plegaria a la señora de las rosas

Oh dama de pálida piel, señora de claros ojos y negros cabellos, la que tiene labios de sangre, aquella que es imperecedera y me guía. Bienaventurado sea todo el tiempo que compartimos y todas las aventuras que vivimos y viviremos. Que en mis horas mas oscuras, tu candor me levante para vencer, y que en mis mas gloriosas horas puedas compartir gozosa el triunfo que también te pertenece. Libérame de mi tormento en este mundo en el que lucho por encontrarte definitivamente. Concédeme la paciencia que me llevará hasta ti algún día. Y aunque el camino que nos separe me sea doloroso, haz que continúe si hasta ti conduce. No me dejes caer en el olvido y dame fuerzas para seguir cuando flaquee.

Pues solo en ti mi alma halla el consuelo con el que afrontar la vida, y solo por la motivación de estar junto a ti por fin puedo tener paz. Así que aunque me duela esta prueba, no apartes de mi esta senda. Todo lo que me acontezca, sea por ti bendecido para llevarme a tu lado. Déjame ser digno de tu compañía y prometo que en mi empeño no fracasaré. Y que todas las espinas me lleven a dulces pétalos.

Amén.

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